Daily Advent Reflections

Sunday, November 27, 2022

Advent Reflection- Come, Lord Jesus

 

During this Advent season, we are  pleased to again share daily reflections with the Fordham Prep community. 

Today’s reflection comes from Cardinal Timothy M. Dolan

 

So there are three comings of Jesus. Christ did come in the past, Christ does come right now, and Christ will come in the future. If you don’t mind me saying it in a more poetic way, Our Lord comes to us in history, mystery, and majesty. He came in history as the Holy Infant of Bethlehem. He comes to us now in mystery — in word, sacrament, grace, and mercy. He will come in majesty at the end of the world as judge of the living and the dead. Christ comes in history, mystery, and majesty. 
There is a beautiful traditional prayer for the Season of Advent. It is a prayer that is found in the New Testament and in an ancient document of the early Church called the Didache. It is a simple prayer, but one that can be prayed anytime: “Come, Lord Jesus!”
Repeat this prayer often during this Season of Advent and you will recognize with the eyes of faith that, in praying it sincerely, Our Lord has already answered it, will answer it, and will answer it again. “Amen. Come, Lord Jesus!” (Revelation 22:20).

Join us for our annual Advent Supper this Thursday at 6:30pm in the Prep commons.  Registration details at fordhamprep.org/advent.

 

Additional Advent resources can be found here.

 

domingo, 27 de noviembre de 2022

Reflexión de Adviento - Ven, Señor Jesús

 

Durante esta temporada de Adviento, nos complace compartir nuevamente reflexiones diarias con la comunidad de Fordham Prep.

 

La reflexión de hoy viene de Cardenal Timothy M. Dolan

 

Así que hay tres venidas de Jesús. Cristo vino en el pasado, Cristo viene ahora mismo, y Cristo vendrá en el futuro. Si no te importa que lo diga de una manera más poética, Nuestro Señor viene a nosotros en historia, misterio y majestad. Él vino a la historia como el Santo Niño de Belén. Él viene a nosotros ahora en misterio: en palabra, sacramento, gracia y misericordia. Él vendrá en majestad al fin del mundo como juez de los vivos y de los muertos. Cristo viene en historia, misterio y majestad.

Hay una hermosa oración tradicional para el tiempo de Adviento. Es una oración que se encuentra en el Nuevo Testamento y en un antiguo documento de la Iglesia primitiva llamado Didaché. Es una oración simple, pero que se puede hacer en cualquier momento: "¡Ven, Señor Jesús!"

Repitan esta oración a menudo durante este tiempo de Adviento y reconocerán con los ojos de la fe que, al orarla sinceramente, Nuestro Señor ya la ha respondido, la responderá y la responderá de nuevo. "Amén. ¡Ven, Señor Jesús!" (Apocalipsis 22:20).

Únase a nosotros para nuestra cena anual de Adviento este jueves a las 6:30 pm en los comunes de preparación. Datos de inscripción en fordhamprep.org/advent.

 

Recursos adicionales de Adviento se pueden encontrar aquí.

Monday, November 28, 2022

Advent Reflection- Mercy

 

Today’s Gospel Matthew 8:5-11

When Jesus entered Capernaum,

a centurion approached him and appealed to him, saying,

"Lord, my servant is lying at home paralyzed, suffering dreadfully."  

He said to him, "I will come and cure him."  

The centurion said in reply,

"Lord, I am not worthy to have you enter under my roof;

only say the word and my servant will be healed.

For I too am a man subject to authority,

with soldiers subject to me.

And I say to one, 'Go,' and he goes;

and to another, 'Come here,' and he comes;

and to my slave, 'Do this,' and he does it."

When Jesus heard this, he was amazed and said to those following him,

"Amen, I say to you, in no one in Israel have I found such faith.

I say to you, many will come from the east and the west,

and will recline with Abraham, Isaac, and Jacob

at the banquet in the Kingdom of heaven."

The response of the Centurion in Matthew’s Gospel is one that we know well. When Jesus offers to come and cure his servant, the Centurion replies with this simple yet powerful statement: “Lord, I am not worthy that you should enter my roof.” These words, recited when we celebrate the Eucharist, are for me the greatest plea for mercy. In these words, we ask Christ to enter our lives and heal us despite our faults and failures. In reciting this phrase, we are reminded of our imperfections in a way that is unlike any other time in the week. In a moment of sincerity, we may recognize that we are unworthy. In this moment, however, we also acknowledge the power of God’s love and acceptance, a sign of God’s mercy.

Just like the Centurion, it is easy to imagine ourselves as unworthy of God’s love. I know I am impatient, selfish, flawed. But I also recognize in myself kindness, altruism, and the ability to bring others joy. As Sister Helen Prejean puts it, “we are all worth more than the worst thing we’ve ever done.” This is what makes the Centurion’s words so powerful, we are asking our merciful God to maximize the good in us. The good that we know exists but is not necessarily always present in our actions. 

As we pray for mercy this Advent season, may we consider the ways in which we can become more like the Centurion.  May we thank God for our strengths and also practice humility as we welcome Christ into our lives and “under our roof.”

• Dr. Craig Smith, Fordham Prep Assistant Director of Campus Ministry

 

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lunes, 28 de noviembre de 2022

Reflexión de Adviento - Misericordia

 

Evangelio de hoy Mateo 8:5-11

Cuando Jesús entró en Cafarnaúm,

Un centurión se le acercó y le apeló, diciendo:

"Señor, mi siervo está acostado en casa paralizado, sufriendo terriblemente".

Él le dijo: "Vendré y lo curaré".

El centurión dijo en respuesta:

"Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo;

Solo di la Palabra y mi siervo será sanado.

Porque yo también soy un hombre sujeto a autoridad,

con soldados sometidos a mí.

Y yo le digo a uno: 'Ve', y él va;

y a otro: 'Ven aquí', y él viene;

y a mi esclavo: 'Haz esto', y él lo hace".

Cuando Jesús oyó esto, se asombró y dijo a los que lo seguían:

"Amén, os digo, en nadie en Israel he encontrado tal fe.

Yo os digo, muchos vendrán del oriente y del occidente,

y se reclinará con Abraham, Isaac y Jacob

en el banquete en el Reino de los cielos".

La respuesta del centurión en el Evangelio de Mateo es una que conocemos bien. Cuando Jesús se ofrece a venir y curar a su siervo, el centurión responde con esta declaración simple pero poderosa: "Señor, no soy digno de que entres en mi techo". Estas palabras, recitadas cuando celebramos la Eucaristía, son para mí la mayor súplica de misericordia. En estas palabras, le pedimos a Cristo que entre en nuestras vidas y nos sane a pesar de nuestras faltas y fracasos. Al recitar esta frase, recordamos nuestras imperfecciones de una manera que es diferente a cualquier otro momento de la semana. En un momento de sinceridad, podemos reconocer que somos indignos. En este momento, sin embargo, también reconocemos el poder del amor y la aceptación de Dios, un signo de la misericordia de Dios.

Al igual que el centurión, es fácil imaginarnos a nosotros mismos como indignos del amor de Dios. Sé que soy impaciente, egoísta, imperfecto. Pero también reconozco en mí la bondad, el altruismo y la capacidad de traer alegría a los demás. Como dice la hermana Helen Prejean, "todos valemos más que lo peor que hemos hecho". Esto es lo que hace que las palabras del Centurión sean tan poderosas, que le estamos pidiendo a nuestro Dios misericordioso que maximice el bien en nosotros. El bien que sabemos que existe, pero no necesariamente siempre está presente en nuestras acciones.

Al orar por misericordia en esta temporada de Adviento, consideremos las formas en que podemos llegar a ser más como el centurión. Que podamos dar gracias a Dios por nuestras fortalezas y también practicar la humildad al dar la bienvenida a Cristo en nuestras vidas y "bajo nuestro techo".

·       Dr. Craig Smith, Subdirector de Ministerio Universitario de Fordham Prep

 

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Tuesday, November 29, 2022

 

Advent Reflection- Hope in the Darkness

 

 

Advent marks the beginning of a new year in the Church.  New beginnings are always an exciting time, precisely because nothing has yet happened.  The excitement comes from the infinite possibilities of hope.  The prophet Isaiah tells us of God’s creation over Israel, “The Lord’s glory will be shelter and protection.”  As the days grow shorter, we grow weary in a world of darkness and feel vulnerable.  We need the light of Christmas yet to come.  This is the time to take stock of our needs, of what we need God to recreate in us.  Then we hope even in the darkness.
    -Fr. Jim Coughlin, SJ, Fordham Prep Chaplain

 

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martes, 29 de noviembre de 2022

Reflexión de Adviento - Esperanza en la oscuridad

 

El Adviento marca el comienzo de un nuevo año en la Iglesia. Los nuevos comienzos son siempre un momento emocionante, precisamente porque aún no ha pasado nada. La emoción proviene de las infinitas posibilidades de la esperanza. El profeta Isaías nos dice de la creación de Dios sobre Israel: "La gloria del Señor será refugio y protección". A medida que los días se acortan, nos cansamos en un mundo de oscuridad y nos sentimos vulnerables. Necesitamos la luz de la Navidad que aún está por venir. Este es el momento de hacer un balance de nuestras necesidades, de lo que necesitamos que Dios recree en nosotros. Entonces esperamos incluso en la oscuridad.

-P. Jim Coughlin, SJ, Capellán de Fordham Prep

 

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Wednesday, November 30, 2022

 

Advent Reflection- Feast of St, Andrew

 

Today is the feast of St. Andrew, one of the twelve apostles.  An apostle is one who is sent, but first an apostle looks and sees Jesus.  We hear in the Gospel how Jesus calls each apostle, but more remarkably, how they leave their lives and follow.  Who is this Jesus who captivates even with a gentle invitation?  These fishermen and tax collectors must have seen something.  We live in a world that has much need of transformation and conversion.  What would make us change course and follow?  What could draw us nearer?  We must understand our needs before we can be sent.  Jesus is needed in a world where hate and darkness are often louder than love and light.  This Advent let us listen carefully to the quiet coming of our Lord, so that, captivated by his vision, we merit to be sent.
    - Fr. Jim Coughlin, SJ, Fordham Prep Chaplain

 

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miércoles, 30 de noviembre de 2022

Reflexión de Adviento - Fiesta de San Andrés

Hoy es la fiesta de San Andrés, uno de los doce apóstoles. Un apóstol es uno que es enviado, pero primero un apóstol mira y ve a Jesús. Escuchamos en el Evangelio cómo Jesús llama a cada apóstol, pero más notablemente, cómo dejan sus vidas y siguen. ¿Quién es este Jesús que cautiva incluso con una invitación amable? Estos pescadores y recaudadores de impuestos deben haber visto algo. Vivimos en un mundo que tiene mucha necesidad de transformación y conversión. ¿Qué nos haría cambiar de rumbo y seguir? ¿Qué podría acercarnos? Debemos entender nuestras necesidades antes de que podamos ser enviados. Jesús es necesario en un mundo donde el odio y la oscuridad son a menudo más fuertes que el amor y la luz. Este Adviento escuchemos atentamente la venida silenciosa del Señor, para que, cautivados por su visión, merezcamos ser enviados.

- P. Jim Coughlin, SJ, Capellán de Fordham Prep

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Thursday, December 1, 2022

 

Advent Reflection- Peace

 

 

The prophet Isaiah provides us with rich images during the season of Advent.  Today we contemplate the city of God:

A strong city have we;

       he sets up walls and ramparts to protect us.

    Open up the gates

       to let in a nation that is just,

       one that keeps faith.

    A nation of firm purpose you keep in peace;

       in peace, for its trust in you.

Trust in the Lord keeps peace in this city.  There is too little peace in our world today; war in Ukraine, violent mass shootings, hate crimes against those who are different.  These are symptoms of a nation, indeed a world, without firm purpose.  Still the brokenness that we see in such violence and alienation shows the need we have for a savior.  This savior does not come with ramparts of angles and military might. He does not come amid trumpets and splendor.  Rather our long awaited savior comes as a child in a manger; poor and needy.  It is the peace of a sleeping child cradled in the arms of his mother that awakens a firm purpose of the nation.  What is important?  Riches?  Might? Political Triumph? Or, rather, should we be sure to hold that peaceful child to come to know our firm purpose.  Come Lord Jesus, Come!

- Fr. Jim Coughlin, SJ, Fordham Prep Chaplain

 

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jueves, 1 de diciembre de 2022

Reflexión de Adviento - Paz

 

El profeta Isaías nos proporciona ricas imágenes durante el tiempo de Adviento. Hoy contemplamos la ciudad de Dios:

Una ciudad fuerte tenemos nosotros;

Él establece muros y murallas para protegernos.

Abre las puertas

dejar entrar a una nación que es justa,

uno que mantiene la fe.

Una nación de firme propósito que mantienes en paz;

en paz, por su confianza en ti.

La confianza en el Señor mantiene la paz en esta ciudad. Hay muy poca paz en nuestro mundo de hoy; guerra en Ucrania, tiroteos masivos violentos, crímenes de odio contra aquellos que son diferentes. Estos son síntomas de una nación, de hecho de un mundo, sin un propósito firme. Aún así, el quebrantamiento que vemos en tal violencia y alienación muestra la necesidad que tenemos de un salvador. Este salvador no viene con murallas de ángulos y poder militar. Él no viene en medio de trompetas y esplendor. Más bien, nuestro tan esperado salvador viene como un niño en un pesebre; pobres y necesitados. Es la paz de un niño dormido acunado en los brazos de su madre lo que despierta un firme propósito de la nación. ¿Qué es importante? ¿Riquezas? ¿Poder? ¿Triunfo político? O, más bien, deberíamos asegurarnos de sostener a ese niño pacífico para que llegue a conocer nuestro firme propósito. ¡Ven, Señor Jesús, ven!

- P. Jim Coughlin, SJ, Capellán de Fordham Prep

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Friday,December 2, 2022

 

Advent Reflection- 

 

 

Among the psalms we are invited to ponder in Advent is Psalm 72:12-13

“For he shall rescue the poor when he cries out, and the afflicted when he has no one to help him. He shall have pity for the lowly and the poor; the lives of the poor he shall save.”

It is striking how many of our Advent psalms and scripture readings speak of right actions, not just right beliefs.  The spirit of this season seeks to place in our hearts a passion to act for justice, especially for the most vulnerable among us.  These verses from Psalm 72 jolt me out of any navel-gazing I might be tempted to do at this time of year; they remind me that Advent isn’t only about interior spiritual renewal.  Rather, God is demanding something of us, demanding that we see our fellow human beings, especially the poor, the way God sees them –with sympathy and love, and that we act toward them with preferential treatment.  God is asking me this Advent to do something hard – journey through my days with a heightened awareness for the “lowly and poor” and to be God’s partner in bringing salvation to those most in need of it.  - Brian B. Pinter

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Saturday , December 3, 2022

Advent Reflection- 

President Kennedy, in his 1962 Christmas Message, shared the following reflection: It is the day when we remind ourselves that man can and must live in peace with his neighbors and that it is the peacemakers who are truly blessed. In this year of 1962 we greet each other at Christmas with some special sense of the blessings of peace. This has been a year of peril when the peace has been sorely threatened. But it has been a year when peril was faced and when reason ruled. As a result, we may talk, at this Christmas, just a little bit more confidently of peace on earth, good will to men. As a result, the hopes of the American people are perhaps a little higher. We have much yet to do. We still need to ask that God bless everyone.

 

By the end of 1962, President Kennedy understood in the marrow of his bones how blessed, how lucky, was the world.  A few months prior, he and his closest advisors—primarily his brother Bobby—had de-escalated the Cuban Missile Crisis, an event that very nearly brought the United States and the Soviet Union to nuclear Armageddon.  Against tremendous forces in his own government that were advocating for war, Kennedy had let reason prevail.  Seeing the absurdity of mutually assured destruction, the Kennedys used their wits, their grasp of history, their diplomatic and rhetorical skills, and the vocabulary of their Christian moral foundation to defuse the madness that was leading everyone into the abyss.

President Kennedy’s 1962 Christmas message takes another step forward, a step to a higher level of thinking.  Not only are we as Americans blessed in light of the crisis averted, he is saying, we are also called to be a blessing and to give blessing to all, including our enemies. In June of 1963, he gave a major speech at the American University in which he laid out a new vision for peace, calling for the curbing of nuclear weapons, acknowledging how much the Russian people had suffered during World War II and inviting his fellow Americans to reexamine our attitude toward our Cold War enemy.  It was an evolution from “God bless America” to “God bless all nations, even the ones we don’t like!”  As Christmas approaches, let’s ask ourselves how we as individuals, as a nation, as a world measure up to the ideals and role modeling Kennedy was offering on the question of war and peace. - Brian Pinter

Prayer: Jesus, in this time of Advent, instill in us a deep, heartfelt desire for peace, and give us the courage and resolve to make peace on earth our reality.

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